sábado, 31 de agosto de 2013

El drama de las niñas que crían niños

Tomado de BávaroNews.com
En cuatro meses Yajaira celebrará por partida doble: cumplirá los 16 años y se convertirá en madre de una niña a la que piensa llamar Génesis. Mientras espera, practica cuidando a los hijos de su marido, dos niños de 13 y 10.
Perdió la inocencia un día cualquiera en uno de esos tantos viajes al colmado de la esquina. Bastaron unos piropos de Carlos, de 41 años y propietario del negocio, para que la quinceañera cambiara las tardes de risas y correteos, con los amiguitos de la escuela, por las responsabilidades conyugales con un hombre, que bien podría ser su padre.
“Es que él es bueno y trabajador, si fuera con un cualquiera”, respondió al ser cuestionada sobre una posible oposición por parte de su madre. Al parecer, que el negocio de Carlos provea a Yajaira y a los suyos del pan de cada día, basta y sobra para que la familia consienta la relación.
Dice que no planeaba quedar embarazada por ahora, “pero si Dios lo quiso así, qué se le puede hacer”, al tiempo que admite que el sueño de terminar el bachillerato y estudiar arquitectura, deberá ser postergado.

Mildred Reyes Pión, pediatra del Centro de Atención Primaria de Verón
Mildred Reyes Pión, pediatra del Centro de Atención Primaria de Verón
Mientras detalla sus responsabilidades como madrastra recién estrenada y ama de casa, es difícil distinguir si quien habla es una mujer con rostro y gestos de niña o una niña con la panza inflada que juega a ser mujer. Un estudio de la UNIFEC reveló que al llegar a los 19 años alrededor del 42% de las adolescentes dominicanas ya han salido embarazadas, y que 34% se convierten en madres mucho antes de llagar a esa edad.

Las cifras coinciden con las estadísticas arrojadas por el Centro de Atención Primaria de Verón, según las cuales el 40% de las madres que llevan sus hijos a consulta son adolecentes que oscilan entre 15 y 19 años de edad. Los datos son confirmados por la pediatra Mildred Reyes Pión y el doctor José Luis Amador Amparo, director del centro.
Reyes Pión asegura que muchas de las niñas de entre 12 y 14 años que llegan con sus padres a la unidad pediátrica, por síntomas de vómitos y mareos, resultan embarazadas, situación que trastorna todo el ambiente familiar.
Entre las implicaciones negativas, según explica, los hijos de madres adolecentes se enferman con más frecuencia, presentan problemas de desnutrición e infecciones recurrentes. Todo esto se debe, según Reyes Pión, a que las madres desconocen los cuidados que deben proveerle a un recién nacido y a que por lo general, no prestan la debida importancia a la lactancia materna.
Asegura que los infantes también se ven afectados emocionalmente por el rechazo social que experimentan las adolecentes y por qué en muchos de los casos son los abuelos quienes se ocupan de su crianza, mientras las madres continúan teniendo hijos de otras parejas.
“Parecen mujeres mayores, pero cuando preguntas resulta que tienen entre 18 y 22 años. Se ven deterioradas porque ya han tenido hasta tres partos”, expresó Pion.
La historia de Yeni
Esa afirmación coincide con la historia de Yeni, quien si tuviera la oportunidad de retroceder en el tiempo postergaría la maternidad, o al menos eso afirma la joven de 20 años y madre de tres niños, dos entre cuatro y dos años, frutos de su primer amor, y una bebe de dos meses a quien llevaba en brazos para la consulta pediátrica el pasado lunes, y cuyo padre también la abandonó.Ahora vive en casa de su madre en el sector Cristinita de Verón, mientras continúa en la lucha por conseguir un empleo, tarea difícil para la joven madre quien abandonó la escuela en el octavo grado de primaria.

A pesar de que el padre de dos de sus hijos contribuye con la manutención, en el hogar, los recursos no alcanzan para gastos básicos de vestimenta, alimentación y salud. El mayor de los niños ya fue admitido en un centro educativo, pero continúa fuera de las aulas por falta de un uniforme y de útiles escolares.
El doctor Edward Félix Abreu, ginecólogo obstetra de centro médico Hospiten, afirma que inmediatamente una adolecente queda embarazada su crecimiento se detiene, debido a que la hormona del embarazo cierra la epífisis (donde se encuentra el cartílago de crecimiento).
Dijo que la principal problemática del embarazo adolecente radica en que el cuerpo no ha alcanzado el crecimiento óseo necesario, lo que deriva en embarazos del alto riesgo, con una serie de alteraciones como la precláncia, diabetes estacional, desprendimiento de placenta por hipertensión y placenta previa.
La mayoría de los alumbramientos terminan en cesárea, porque el canal de parto no ha completado su desarrollo, aseguró Abreu. Otro riesgo que enfrentan las madres son las posibles anomalías en el feto, como la macrosomia (exceso de tamaño del feto) o la restricción del crecimiento.
Tanto Abreu como Reyes Pión coincidieron en que la problemática en el distrito turístico continua en crecimiento, por lo que consideran urgente la implementación de campañas de prevención de embarazos y educación sexual, dirigidas tanto a los adolecentes como a sus padres.

EL DATO


En Verón, 40% de las madres
que llevan sus hijos a consulta
son adolecentes que oscilan
entre 15 y 19 años de edad.
Hasta junio pasado, el Hospital
Nuestra Señora de la Altagracia
de Higuey ha atendido
un total de 1, 832 adolecentes
embarazadas, un promedio
diario de por lo menos 10 jovencitas
de entre 12 y 17 años
de edad.

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