jueves, 28 de enero de 2010

José Offerman revive caso Guayubín Olivo

Como queriendo defender el delito un sector influyente de la capital a iniciado una campaña para minimizar el aborrecible incidente en que el manager de los Tigres del Licey, José Offerman derribó el pasado 16 de enero de un puñetazo al arbitro Daniel Rayburn en el último partido delRound Robin.

Los capitalinos fueron inmisericordes con la severa sanción del veterano infielder de los Gigantes del Cibao, Félix –Gatito- Martínez, quien fue suspendido de por vida, la máxima pena de la liga, por solo intentar agredir físicamente a un arbitro en la incidentada serie final contra Licey el pasado año. La justicia quedo sin venda en sus ojos.

Esta actitud de los capitalinos de justificar horrorosas acciones de jugadores del Licey no es nada nuevo, ellos después de caer derrotados por estos predios del Cibao han protagonizado múltiples incidente. Han destruido cluhouses a tiros, golpeados fanáticos en las gradas y otras barbaridades más, y todo ha quedado impune.

El caso de Offerman tiene un precedente con estos mismos actores: Tigres del Licey y sector influyente de la capital defendiendo una acción condenable por el resto del país. Esto ocurrió en el primer campeonato de nuestra pelota, hace casi 60 años.

Uno de los acontecimientos más negativos que registra la historia del béisbol dominicano se produjo la tarde del domingo 22 de julio de 1951 en un partido que terminó igualado a 13 carreras entre Tigres del Licey y Estrellas Orientales celebrado en San Pedro de Macorís.

En ese encuentro Willis Thompson, que actuaba como arbitro principal fue agredido brutalmente por el estelar lanzador Diomedes –Guayubín- Olivo, de los Tigres del Licey, quien arremetió contra el chief norteamericano propinándole un pelotazo en la cabeza en medio de una acalorada discusión por el conteo de bola y strike.

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