viernes, 25 de diciembre de 2009

Papa en la Misa del Gallo adelantada denuncia que Dios está relegado al final

Ciudad del Vaticano.- Por primera vez en la historia reciente de la Iglesia Católica, Benedicto XVI ofició esta noche la tradicional Misa del Gallo dos horas ante de la medianoche, en la que denunció que los hombres no consideran una prioridad a Dios y lo tienen relegado al último lugar.
La Misa del Gallo se adelantó a las 10 de la noche local (21.00 gmt) para evitar fatigas al Papa, que tiene casi 83 años, y mañana, Navidad, volverá de nuevo a la basílica de San Pedro para pronunciar el Mensaje de Navidad e impartir la bendición "Urbi et Orbi", a la ciudad de Roma y a todo el mundo.
La ceremonia comenzó con un imprevisto: Benedicto XVI se cayó y se levantó inmediatamente cuando se dirigía en procesión hacia el Altar Mayor, debido al trasiego desatado por una mujer que intentó saltar una valla del interior del templo para alcanzarle.
La mujer, al parecer con problemas psíquicos, sólo pretendía saludarle.
En una basílica de San Pedro abarrotada de fieles, iluminada y que dejaba al descubierto todo su esplendor, y ante una imagen del Niño Jesús a su lado, el Papa Ratzinger dijo que con el Nacimiento, Dios es "realmente un Dios con nosotros" y que el Nacimiento de Cristo no puede dejar a nadie indiferente.
Recordó que los pastores fueron hacia el Portal corriendo, ya que el Hijo de David, "tan esperado", había venido al mundo en Belén "y no había otra cosa que pudiera tener mayor importancia".
"En nuestra vida las cosas no son así. La mayoría de los hombres no considera una prioridad las cosas de Dios, no les acucian de modo inmediato. Y también nosotros, como la inmensa mayoría, estamos bien dispuestos a posponerlas. Se hace ante todo lo que aquí y ahora parece urgente. En la lista de prioridades, Dios se encuentra frecuentemente casi en último lugar", denunció el Papa.
El Obispo de Roma subrayó que el Evangelio dice que Dios tiene la máxima prioridad y que "así, pues, si algo en nuestra vida merece premura sin tardanza, es solamente la causa de Dios".
Y abogó para que, aprendiendo de los pastores, los hombres dejen en un segundo lugar otras ocupaciones, "por muy importantes que sean" y se encaminen hacia Dios.
Sin embargo, constató que la mayor parte de los hombres "viven lejos" de Jesucristo.

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