Sepultan en la necrópolis San Pedro el cadáver de doña Elsa Vargas de Cepeda.

Por Periodista 23.

SAN PEDRO DE MACORIS. Cientos de personas acompañaron en la tarde de este lunes a los deudos de doña Elsa Vargas de Cepeda a su sepelio en la Necrópolis San Pedro de la Carretera Santa Fe.

Antes de su sepelio se había oficiado una misa de cuerpo presente en la Catedral San Pedro Apóstol, cuyo interior estuvo repleto de personas acompañando de esa manera a sus familiares en ese momento de dolor.

Pasadas las 4 de la tarde el cortejo fúnebre salió hacia la Necrópolis San Pedro a donde llegó pasadas las 5 y 30 de la tarde.

Allí se escucharon cánticos a cargo de sus hermanas de iglesia, quienes entonaron diversas melodías que eran del  agrado de la fallecida, quien en vida fue una devota católica, asistiendo cada día a la parroquia Cristo Rey del barrio Kennedy.

 Las damas entonaron diversas canciones mientras se introducía su cadáver, contenido en un ataúd, en la que es su última morada terrenal.

Antes de introducir el cadáver en el panteón, sus hijos pidieron un momento a los presentes, llamándoles a no utilizar ni cámaras fotográficas ni de video, para tener un último encuentro con su madre, pasarle la mano y colocarle flores al verla por última vez.

Una vez terminado ese momento familiar e íntimo, el propio Omar Cepeda, su esposo, acompañado de otros ayudaron a introducir el ataúd en la tumba para luego observar cómo eran colocados los bloques que dejaban sellada la tumba y luego colocada la lápida con su nombre.

Polonio Pierret pronunció algunas palabras, resaltando las virtudes de Doña Elsa en vida y luego dio el pésame a Cepeda y a sus hijos pidiéndoles conformidad.

Tanto el empresario radial  Omar Cepeda como sus hijos Soraya, Elsita y Omar José se mantuvieron en todo momento firmes, tal y como quiso su madre en vida. Se les observaba tristes, pero demostrando una gran fortaleza ante el difícil momento que les tocó enfrentar.

Al concluir una de las canciones del coro, Omar Cepeda aprovechó para agradecer a los presentes el apoyo dado en ese momento tan difícil para él como para su familia.

"No puedo  hablar mucho, pero gracias, señores, gracias del alma", dijo visiblemente afectado el empresario radial ante la tumba de su esposa.

Doña Elsa, antes de morir había pedido que no le compraran coronas de flores y que el dinero que fueran a utilizar en ellas se los donaran a la Fundación del Cáncer, Ana Belkis, para que los utilizaran en pacientes que sufrieran de la enfermedad, la que a ella misma la llevó a la tumba.

 Ese mensaje fue difundido en numerosas ocasiones por las estaciones de radio propiedad de la familia, como lo son Radio Dial, La 98 y Sultana F.M.

Pasadas las 6 y 30 de la tarde, todos se fueron marchando lentamente del camposanto, dejando allí, sepultado para siempre, el cadáver de quien fuera una mujer solidaria y sencilla y que siempre se entregó a los más necesitados sin necesidad de buscar publicidad.

tomado de francisanibalenlared.