Aun cuando las cosas no salen como queremos Dios está ahí. Jeremías 29: 11“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. (Versión: Nueva Versión Internacional)
Hay momentos en nuestra vida en donde quisiéramos que las cosas fueran de una manera que realmente no son. Todos hemos querido que por arte de magia el episodio gris que estamos viviendo sea transformado por un episodio lleno de colores gloriosos que reflejen nuestra felicidad ante dichas situaciones.
No siempre las cosas resultan así. Sin embargo, con el anuncio de este fuerte huracán Irene, aquí en Nueva York hemos amanecido bien este lindo domingo. Aquí ha llovido un poco, pero no ha pasado lo peor que se esperaba. Estamos bajos las salas de nuestro Dios. Así le dije a una productora de Radio de San Pedro de Macorís, dura una llamada telefónica hice allí. Cuando se presentan estos fenómenos de huracanes, ciclones, tsunami y terremoto es que experimentamos una vez más que el ser humano aun con todo su poder o tecnología está por debajo del designio de Dios.
Aquí estoy en Nueva York viendo como Dios demuestra que hay que obedecerle. A Dios sea la gloria. Suyo es el poder. ¿Porque solo nos aferramos a él en momentos cuando reconocemos nuestra impotencia? Dios debe ser tomado en cuenta en todo momento.
Este potente país de los Estados Unidos de América, con todo el tecnicismo no puede detener lo que Dios permite. Esto es una muestra que Dios tiene y seguirá teniendo el control de todo.
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