jueves, 15 de diciembre de 2011

Terremoto del 1761

Santo Domingo (OF).-Un día como el (18/10/1751) una proporción considerable de nuestra isla fue sacudida por un terrible terremoto, el cual arrojó cuantiosas pérdidas en vidas humanas y propiedades.

La catástrofe provocó la destrucción completa de la ciudad de Azua, mientras dejaba ruinas en El Seíbo, daños en Santo Domingo, en Puerto Príncipe y en Croix-des-Bouquets, Haití. El fenómeno trajo consigo un maremoto posterior, pero esta derivación del sismo sólo afectó el sur de la isla.

A pesar de la temprana época en que se produjo, el cataclismo no es el primero que recogen nuestros sismólogos, pues antes y después del mismo la isla ha sido impactada por varias sacudidas similares.

Que sepamos: En 1562 Santiago y La Vega fueron destruidos por un fuerte temblor, mientras que Puerto Plata sufría serios daños. De ese terremoto quedan rastros visibles en la ciudad de La Vega, donde aún se pueden ver, casi a ras de tierra, indicios de edificaciones que sucumbieron y quedaron semienterradas. Estas vistas se pueden verificar en la llamada Vega Real.

En 1614, por otra parte, se produjo otro fenómeno de gran magnitud en Santo Domingo. Este ocasionó serios daños a las edificaciones coloniales. De acuerdo a los especialistas que estudiaron la gran sacudida, hubo réplicas del mismo por los 42 días posteriores a la primera conmoción.

También en 1673 se produjo otro fuerte temblor de tierra en Santo Domingo, donde perecieron 24 personas. En ese entonces hubo réplicas por 40 días.

El siguiente se produjo en 1691 y provocó daños en Santo Domingo y Azua. Este fue menos violento, pero de todas maneras ocasionó un pánico terrible en la población.

En 1761, diez años después del que recordamos hoy, Azua fue destruida de nuevo por un tremendo cataclismo. En ese entonces sufrieron daños también las ciudades de Neyba, San Juan de la Maguana, La Vega, Santiago y Cotuí. Entre todos los que hemos sufrido, este se lleva las palmas en lo que a capacidad de abarcar territorio se trata.

En 1842 hubo una catástrofe tremenda en toda la isla y un maremoto en la costa norte. En Haití se produjeron de 5 mil a 6 mil muertos y fueron destruidas las ciudades de Santiago, Cabo Haitiano y Mole de Saint-Nicolás. En Santo Domingo se derrumbaron varios edificios.

En el 1897 continuaron los cataclismos en el país. En esa ocasión se verificaron daños en Santiago de los Caballeros, Guayubín, Guanábano Abajo, Altamira, Navarrete y la catedral y el palacio de gobierno en la capital. Además, se agregaron la rotura del cable submarino en Puerto Plata y deslizamientos en montañas en Santiago.

El 4 de agosto de 1946, un sismo de la magnitud 8.1, con el epicentro en el nordeste del país, produjo daños en todo el país. Provocó además maremoto en la provincia de Nagua, borrando de la geografía local la población pesquera de Matancita. Este fue uno de los mayores sismos del siglo XX.

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