Por Periodista 23
El presidente también llamó a trabajar por el país y ser solidarios
Acogiéndose al llamado a trabajar por la Paz hecho por el Papa Benedicto XVI y por la Iglesia Católica, el presidente Danilo Medina pidió a Dios cubrir los corazones de las y los dominicanos para que renuncien a la violencia.
“Hay que pedir a Dios para que cubra los corazones de los dominicanos y renuncien a este estado de violencia que está haciendo tanto daño a las familias en la República Dominicana”, insistió Medina a su salida de la Catedral Primada de América, donde asistió hoy a mediodía a la misa oficiada por Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez.
Al ser preguntado por periodistas sobre la variación de los precios en algunos artículos producto de la entrada en vigencia de la reforma fiscal aprobada, el Jefe del Estado exhortó a los dominicanos a trabajar para sacar adelante la nación.
“Eso sucederá, -dijo el Mandatario refiriéndose al incremento del ITBIS-, pero ahora lo que hay es que trabajar para superar las dificultades del pueblo dominicano. Pedirle a todos nuestros compatriotas que se entreguen al trabajo y que practiquen la solidaridad con sus hermanos más necesitados para que podamos tener una República Dominicana mejor para todos”.
Medina estuvo en compañía de los ministros de las Fuerzas Armadas, Administrativo de la Presidencia y de Educación, almirante Sigfrido Aramis Pared Pérez, José Ramón Peralta y Josefina Pimentel; así como de su asistente personal Carlos Pared.
La Homilía
De su lado, Su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, al concluir la homilía, expresó sus mejores votos y augurios a todo el pueblo dominicano y pidió al Señor que derrame abundantes gracias y bendiciones “sobre nuestro querido país y que nos conceda salud, paz y prosperidad”.
La ceremonia religiosa coincidió con el Día de Año Nuevo y de la Jornada Mundial de la Paz y en la misma el prelado católico presentó un resumen del contenido del mensaje del Santo Padre Benedicto XVI, inspirado en las palabras de Jesús “Bienaventurados los que trabajan por la Paz”, que resaltan la confianza en el buen corazón del hombre y su deseo de paz.
Además de llamar a promover una pedagogía de la paz, López Rodríguez habló sobre el significado de las bienaventuranzas proclamadas por Jesús, las cuales constituyen promesas y no meras recomendaciones morales; la necesidad de construir el bien de la paz mediante un nuevo modelo de desarrollo y de economía; y lo imperativo de educar en una cultura de paz, señalando el papel que juegan en ello la familia y las instituciones.
“El deseo de paz se corresponde con un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo integral, social y comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios”, manifestó el Cardenal.
Afirmó que para llegar a ser un auténtico trabajador por la paz es indispensable cuidar la dimensión trascendente del ser humano y el diálogo constante con Dios y de esta forma el hombre podrá vencer el egoísmo y la violencia; la codicia y el deseo de poder y dominación; la intolerancia, el odio y la injusticia.
Su Eminencia Reverendísima calificó como injusto el aborto y la eutanasia porque amenazan el derecho fundamental a la vida y defendió el matrimonio como estructura fundamental de la sociedad.
Reconoció la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo y visión de la economía que impliquen por parte de los Estados la implementación de políticas de desarrollo industrial y agrícola que se preocupen del progreso social y de universalización de un estado de derecho democrático.
“Para salir de la actual crisis financiera y económica – que tiene como efecto un aumento de las desigualdades- se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico”, aseveró.
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