miércoles, 1 de marzo de 2017

Trumpinismo Vs. Clase gobernante: Una contradicción “no antagónica”

Por Ramón Perdomo
ramonperdomo83@hotmail.com

En mi escrito anterior, titulado ¿Trumpinismo sustituto del pentagonismo?, traté de explicar desde el punto de vista sociológico marxista-boschista la situación que se ha presentado en los Estados Unidos, con el ascenso a la presidencia del empresario inmobiliario Donald Trump y terminaba dejando entrever que algunos de sus problemas, es porque su oratoria no está revestida de pizca alguna de la que han usado en su desarrollo los políticos de aquella gran nación, y sabemos que esto se debe a su condición de integrante de la clase dominante, la que se encarga en una sociedad capitalista desarrollada como la estadounidense, no de hablar ni de hacer política partidaria, sino de acumular riquezas y formar parte de una clase que evidentemente es la que debe sustentar esa sociedad.

Debido a ese cambio de oratoria en la política, salida básicamente de la Casa Blanca en la persona de su principal inquilino, se ha puesto de manifiesto una contradicción entre la clase gobernante, que precisamente es la que alimenta a los medios de comunicación -no así que la sustenta- y la clase dominante, que se ve representada satisfactoriamente en el señor Trump y si queremos confirmar la realidad de lo que digo, leamos al ex presidente Leonel Fernández en un artículo que tituló recientemente La oligarquía financiera en la era de Trump: Con la medida adoptada por el presidente Trump de volver a una etapa que se entendía superada de desregulación financiera, no solo se consolida el poder del sector financiero de los Estados Unidos, el más prominente de la economía del país, sino que ahora adquiere lo que siempre había carecido: poder político”. Esto con referencia a la medida ejecutiva de “desregulación financiera” que puso en ejecución por vía administrativa y no legislativa el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y que estuvieron presente en dicho acto los principales líderes de esa cúpula financiera y bancaria.
¿A qué se debe que en los medios de comunicación en los Estados Unidos se verifica una corriente antitrumpinista? Me preguntaba una persona al leer y escuchar mis planteamientos. Simple, –le respondí- los medios de comunicación son el escenario natural de la clase gobernante (políticos):abogados salidos de las prominentes universidades, politólogos, sociólogos, especialistas en oratoria, que manejan discursos escritos por otros que conocen de las intríngulis del sistema y hacen de los medios de comunicación su mejor escenario para convencer a los ciudadanos –incluyendo los de la clase dominante-; en cambio el empresario o capitalista o financiero no hace vida pública en los medios de comunicación, es más, en ocasiones innumerables los empleados, obreros, ejecutivos de sus fábricas o empresas ni los conocen.

Esto, porque su misión no es ejercer la política, “para eso están Republicanos y Demócratas”, ellos no difieren entre unos y otros. El escenario de los de la clase gobernante son los medios de comunicación: electrónicos o “prensa escrita”, el de los de la clase dominantes, cómodas oficinas: con buenos climatizadores, cómodos sillones, modernos equipos electrónicos de comunicación para conferencias virtuales en pantallas gigantes, para saber cuáles estrategia van a usar en los mercados, en la producción.

Trump, no es un troglodita como quieren significar, conoce el modernismo y la comodidad de la que goza la clase dominante: la comunicación electrónica digital, él, claro está, no conoce la oratoria de los políticos estadounidense, pero no le preocupa, porque en el fondo los dueños de los medios de comunicación, son tan ricos como él, tienen sus inversiones en los bancos y el “sistema financiero norteamericano”.

El sistema capitalista estadounidense está concebido para que cada clase, cada sector juegue su papel desde la posición que en la sociedad ocupan y se le ha asignado, por eso un presidente en EUA no puede hacer inversiones económicas desde su cargo público, esto, porque no puede ser gobernante y dominante a la vez, sino que debe hacerlo después que deja la presidencia (o antes), ahí radica el problema que se verifica en la sociedad estadounidense en los actuales momentos: una contradicción.

Contradicción que desde el punto de vista marxista-boschista (metodología que he usado en estos análisis), no es una contradicción antagónica -puede convertirse-, como la que se plantea entre obreros y burgueses, y no lo es porque la clase gobernante está en última instancia subordinada a la clase dominante, verdadera sustentadora junto a la clase dominada del sistema capitalista que se vive en EUA.


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