viernes, 6 de enero de 2017

UN REFLEJO MÁS DE LA SOCIEDAD DOMINICANA DE HOY

Por: Ramón Perdomo

No sé por dónde empezar a escribir sobre el caso Percival Matos, pero ya veré.

Cuestionaba en un grupo de whatshapp  en el que mis hermanos comunicadores (“periodistas”) con el sensacionalismo típico de estos tiempos, usaran el morbo periodístico para tratar el caso del joven John Emilio Percival Matos, y el morbo ha llegado a tanto que hasta un guion de una peliculita barata policiaca se puso a circular. Y no es menos, para cómo anda esta sociedad: Patas arriba, en donde no se buscan las causas de las cosas, porque eso sería ir muy profundo y en las profundidades hay más peligro, y las consecuencias peores.

Pues fondeándose uno en este caso, se encuentra con que el padre de este joven: Un general retirado de las Fuerza Aérea Dominicana, cuerpo castrense élite en nuestro país desde los tiempos de Trujillo, con un perfil agresivo (hay hechos donde se ha visto envuelto) y a sabiendas de cómo es la formación de un militar en República Dominicana. Metido en los medio de comunicación (que dan libertad a hacer y deshacer, a decir y a desdecir). Enganchado a político, lo que le hizo violar sobe el espacio aéreo presidencial (imaginémonos La Casa Blanca o la Moncloa de España) para hacer proselitismo político. Evidencia la inmadurez a esa edad del padre de un joven que se convierte en delincuente y muere abatido por las fuerzas Policiales. Son los casos típicos en donde jóvenes también de la clase baja, de los barrios son guiados a la violencia y a la delincuencia.

Percival Matos, enrolado en el ejército llega al grado de teniente, me atrevo a asegurar que no por sus méritos, sino por los del padre: Un general de la FAD (eso es común en los cuerpos castrenses en nuestro país, incluso hay apellidos premeritorios para ser militar de alto rango). Los viejos de antes decían: Yuca no pare calabaza. Claro hay casos en los que no es así, pero esas son excepciones. Este joven tuvo uno de los privilegios que muy pocos dominicanos tienen, ser hijo de un General de la Fuerza Aérea Dominicana ¿Dónde aprendió la agresividad exhibida? ¿Dónde aprendió a usar las armas de guerra? ¿Si hoy su padre muestra que no es una persona equilibrada a la edad que tiene, cómo sería cuando más joven? ¿Quién le ayuda a salir en libertad, cuando fue implicado en el robo de una aeronave?

No quiero santificar este joven, ni que se le muestre como un héroe nacional, quiero hacer ver que es un resultado más de una sociedad que se evidencia esta patas arriba, solo que este joven no era hijo de Juanito Buchepiedra y de Isidra Machepa, esos que por su condición de pobres tienen que dejar sus vástagos a la suerte de Dios, para irse a trabajar y sobrevivir en una sociedad que no les garantiza ni lo más cotidiano: que es la alimentación. Lo que haga un hijo mío honroso o deshonroso, tiene que implicar su formación familiar. HE DICHO.

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