Para crecer económicamente no solo hace falta invertir sino también reinvertir parte de lo que genera nuestra inversión.
Primero “considera la heredad y la compra” pero también, después, “planta viña del fruto de sus manos”.
Una vez que la inversión está hecha, parte de las ganancias se deben reinvertir, porque de esta forma crecerá dicha inversión.
Si tienes un negocio y parte de las ganancias las reinvertís en mercadería, de acá a un tiempo ese negocio dejará de ser minorista y se convertirá en mayorista.
Si tienes una propiedad en alquiler y parte de los alquileres los destinas a reinvertirlos, con el tiempo dispondrás de otras propiedades para alquilar.
Si tienes un taller y parte de las ganancias las reinvertís en tecnología y maquinarias, en el futuro tendrás un taller modelo y liderarás en lo tuyo.
Si parte de tus ingresos los reinvertís en capacitación y desarrollo personal, el día de mañana podrás generar recursos mayores y además mejorarás como profesional.
Si quieres crecer económica y profesionalmente, debes invertir y reinvertir constantemente.
Por actuar de esta forma la Palabra de Dios nos enseña que la mujer de la que habla Proverbios es virtuosa, y la destaca como un ejemplo para nuestra vida, aplicalo y también tendrás una vida virtuosa.
Yo bendigo tu vida para que puedas invertir y reinvertir, y de esta forma desarrollar un crecimiento continuo para la gloria de Dios, para tu propia bendición, y para ser ejemplo a todos los demás.
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